La salud de nuestro organismo depende de la salud de nuestras células y éstas dependen de un buen flujo de sangre y de linfa. Con el masaje terapéutico mejoramos estas dos circulaciones, llevando así nuevos nutrientes y eliminando sustancias tóxicas
De igual forma, el masaje puede ayudar a restaurar la flexibilidad y amplitud de movimiento, así como aumentar el bienestar general y la relajación. El masaje y sus variaciones es probablemente una de las herramientas terapéuticas más poderosas que ha existido desde tiempos inmemoriales. Es universal y efectivo para disminuir o eliminar diversas afecciones del cuerpo humano. Desde el estrés de la vida cotidiana hasta dolencias específicas que interfieren en el correcto funcionamiento de músculos y articulaciones.
El masaje puede actuar para beneficiar:
El aparato locomotor
Afecciones reumáticas (excepto en sus fases agudas)
Afecciones periféricas como parálisis, trastornos tróficos, espasticidad; y centrales: estrés, insomnio, alteraciones psíquicas, agotamiento...
Y entre sus efectos positivos se encuentran, entre muchos otros:
Relajación y distensión de los músculos
Tratamiento de contracturas
Aliviar molestias provocadas por traumatismos, malas posturas
Estimulación y calentamiento de la musculatura
Flexibilización de los tejidos y mejora de adherencias
Mejorar la circulación sanguínea
Calmar el sistema nervioso
Mejorar el bienestar psicológico